Hay destinos, como el de Horacio Quiroga, que parecen parodias de otros, mas sobriamente heroicos o dramaticos. Heredero del modernismo gotico de Poe y Baudelaire, Quiroga pudo ser mejor que sus maestros, y sin duda en ciertos textos lo fue. Anaconda, la gran serpiente de la selva misionera, obedece leyes, por cierto, pero son las del mundo animal, no humano. Los congresos de serpientes, las relaciones jerarquicas entre flamingos y tigres, gavilanes y hormigas, fieras salvajes y animales domesticados, todo habla de una trama a la que el ser humano es ajeno, a menos de convertirse en presa. Y luego esta la invencion de un escenario unico, de esa Misiones argentina donde Quiroga se instala como colono en 1910 y cuya mitologia describe como ningun otro, viendo lo que el critico angel Flores llamo la verdadera tierra y sus hombres, detras de las apariencias.