Si bien desde los comienzos de la Humanidad la mayor parte de los asesinatos en serie fueron cometidos por hombres, las mujeres no han sido precisamente unas inexpertas en el arte de matar. Actuando siempre a sangre fría, han demostrado ser impiadosas en sus actos criminales y poseer la mente más perversa a la hora de elucubrarlos. Astutas, mañosas, deliberadas, meticulosas, a diferencia de sus contrapartes masculinas las asesinas seriales son mucho más sutiles a la hora de concretar sus crímenes. Proyectan sus acciones tan minuciosamente que causan una total desorientación entre los investigadores que pretenden atraparlas. Debido a su menor fuerza física, no van en busca de sus víctimas, sino que las atraen ¿de hecho suelen definirlas como mujeres arañas. Cuando matan no acostumbran emplear armas de fuego y raramente se valen de las blancas. Prefieren métodos más discretos y sencillos como la asfixia, el hábil montaje de accidentes domésticos o el veneno ¿en especial el arsénico que no deja huellas ni rastros de sangre¿, aunque nunca hay que descartar por completo a quienes no dudan en valerse de hachas, cuchillos, pistolas y cualquier otro recurso efectivo que se encuentre al alcance de sus manos. Sus móviles son muy variados. Abarcan los celos, la avaricia, el poder, la venganza e incluso, como la Mantis religiosa, la eliminación de su pareja después de gozar de ella. Este libro es el resultado de una exhaustiva investigación que documenta cronológicamente la historia de las 50 asesinas en serie más trascendentes de todos los tiempos. Abarcando desde las viudas negras, los ángeles de la muerte y las predadoras sexuales, hasta las que mataron con motivos inexplicables. Una recopilación estremecedora que nos describe las vidas, móviles, víctimas y destinos de quienes tras sus rostros delicados e inocentes y sus frágiles figuras, ocultaron las mentes homicidas más despiadadas.