La criminología ha debatido durante siglos sobre cómo se construye un asesino, cómo se forja su deseo de matar y cómo transita el camino que va del deseo a la concreción. Los asesinos seriales matan tres o más personas y dejan pasar un tiempo entre cada asesinato. Las motivaciones son variadas y complejas, suelen matar de una forma similar y sus víctimas, en general, comparten alguna característica. Nombres como los de Barbazul, Drácula, Jack el destripador, el Petiso Orejudo, el hijo de Sam y el Payaso Asesino, entre otros, han llegado a convertirse en leyendas. Pero existieron y sus actos fueron atroces: degollaban, empalaban, desollaban o descuartizaban a sus víctimas. A otros, les alcanzaba con drogarlas antes de matarlas. Algunos prerieron enterrarlas en sus casas y otros llegaron a tener sexo con ellas después de muertas. Hubo quienes ultimaron a un par de decenas, pero también está quien alcanzó la marca de trescientas. Cada uno tuvo su signo y su número, pero todos tuvieron algo en común: fueron los asesinos más brutales de todos los tiempos. Esta obra compila cronológicamente la mayor información difundida sobre los nombres y las historias de cerca de noventa de ellos. Los más famosos, los más prolíferos, los más sangrientos. Vidas, patologías, destinos y crímenes: todo está en estas páginas, hasta los detalles más escalofriantes.