Un escritor pop dijo alguna vez que una buena canción tiene la cualidad de llevarte de viaje al pasado y abrir caminos al futuro, por lo que te hace sentir nostalgia y esperanza al mismo tiempo. Taylor Swift tiene muchísimas buenas canciones, lo que equivale a decir que es banda de sonido de infinidad de recuerdos, ilusiones y promesas. El modo en que volaron las entradas del Eras Tour en Buenos Aires y la tensión feliz de la espera pusieron en el centro de la escena el fenómeno Taylor, pero solo para el ojo no entrenado, porque los y las swifties de este lado del mundo la amaban ya desde las primeras eras. Este libro recoge alrededor de cien testimonios: sus sueños con la más cercana de las divas, las fantasías con esa persona que nos canta mirándonos a los ojos, que nos contiene y que nos explica. Entendemos a Taylor porque ella nos entiende y porque la vimos crecer ante nuestros ojos.