Wolfe, ese sardónico maestro de la sátira, destripa, descuartiza viva a una ciudad como ya lo hizo con Nueva York en La hoguera de las vanidades. Una fábula iracunda, astuta, emocionante, sobre una ciudad chamuscada por el sol, dividida y volátil, donde "todos odian a todos". Edward T. Topping IV, blanco, anglo y sajón, miembro de una pequeña dinastÃa ?es el cuarto de su familia que lleva este nombre y que ha estudiado en Yale?, va con Mack, su mujer ?también Yale? a cenar a un restaurante. Y mientras se desocupa una plaza para aparcar su pequeño y ecológico coche ?como toca a personas progresistas y cultivadas como ellos?, un esplendoroso Ferrari, conducido por una latina no menos esplendorosa y cargada de oro y oropeles, les birla el lugar. Y luego la conductora se burla descaradamente de Mack. Quizá porque, como afirma Wolfe, Miami es la única ciudad de América, y quizá del mundo, donde una población venida de otro paÃs, de otra cultura, con otra lengua, se ha hecho dueña del territorio en sólo una generación, y lo demuestra en las urnas, y en el posterior ejercicio del poder. Y por eso Ed Topping ha sido enviado a Miami a reconvertir el Miami Herald en un periódico digital, sin edición en papel, y lanzar El Nuevo Herald para las masas latinas.