¿Será que el destino nos juega malas pasadas o será que nos da nuevas oportunidades? Muriel tiene diecisiete años y su único deseo es pasarla bien con su novio y sus amigas. Pero el destino tiene otros planes para ella. Su madre muere y pide como último deseo que se mude con su padre; al cual no conoce; a la Gold Coast; en Australia. Una de las playas más hermosas del mundo será testigo de cómo transforma por completo cada fibra de su ser; no solo venciendo sus miedos más profundos y dominando las olas; sino animándose a ser libre y; quizás; enamorándose. A veces; dejarnos llevar es el camino.