La novela retoma algunos personajes de Pinceladas de azabache, entre ellos Naiquen, quien escapa de un marido agresivo -y, sin saberlo, de un despiadado militar que llega de su pasado- y trata de iniciar una nueva vida en Francia. Allí encuentra un amor sincero y verdadero que cura sus heridas y le da fortaleza para afrontar a su perseguidor.