Un caso misterioso, que lleva al desconcierto, es el núcleo de "La marca del ganado", creación de Pablo De Santis que abre esta antología. ¿Quién mata y mutila las vacas en ese pueblo rural? La intriga, en "Un error de Ludueña", de Elvio E. Gandolfo, se despliega, en cambio, en la gran ciudad, donde van y vienen con sus "tareas", como inocentes ciudadanos, los profesionales del crimen. Pero, como reza el título, no todo sale bien. El siguiente cuento, "Tinta y sangre", de Juan Sasturain, retoma los ingredientes a los que alude el nombre del presente volumen y nos traslada a la oscura languidez de un cabaret del trópico, tan caro al policial negro estadounidense, al que el autor parece parodiar. Por último, en "Las señales", de Adolfo Pérez Zelaschi, la ciudad -una Buenos Aires de otra época-- vuelve a ser el escenario de un enigma, inquietantes sospechas y un sorprendente final.