Una historia de renuncias, entrega y superación. Una mujer que lo perdió todo y que finalmente lo recupera a través de la fuerza del amor. Éste es un valioso y excepcional libro. El testimonio vivo de la historia de una familia desgarrada por la diferencia entre dos culturas. Gabriela recorrió regiones distantes y atravesó trayectos extensos entre los continentes, soportando los obstáculos y tolerando las dificultades, una y otra y otra vez, impulsada por el amor y la intuición materna, con el objetivo de poder, aunque sea por unas horas, ver a sus niños e intercambiar con ellos el calor y la ternura del abrazo y las caricias. No sólo aprendió a vincularse a la distancia, sino también, a buscar y encontrar dentro de ella los elementos a partir de los cuales sanar su historia. Pudo además mantener sanos y salvos sus sentidos del humor y del amor, lo cual fue de capital importancia para el resultado alcanzado. ¿Mi metamorfosis como mujer había comenzado. Mi lucha recién se iniciaba. Morí y renací mil y una veces; en mi guarida lamía las heridas. Mi corazón estaba deshecho. Mi útero nunca más dejó de llorar a mis hijos. Mi nueva misión en la vida me invitaba a dejar mi vieja identidad para tomar la nueva, muriendo y renaciendo, por senderos que jamás pensé que podían existir. La fe era mi motor. Seguramente que al finalizar este viaje de mi vida encontraré a mis hijos sostenidos, amados y compartiendo sus vidas en los dos mundos¿. Gabriela Arias Uriburu