En la soledad de la celda, a los pocos meses de ingresar al penal de Campana, Carlos Carrascosa empezó a escribir para atenuar la tristeza. Era la tercera vez que quedaba preso, un fiscal lo volvía a acusar sin las pruebas jurídicas suficientes, la prensa lo condenaba y el asesino de su mujer, María Marta García Belsunce, seguía libre. Esas primeras líneas, con los años, se convirtieron en este libro. Diario de un inocente es la historia en primera persona jamás contada de un hombre que estuvo preso más de siete años acusado de un crimen que no cometió, es la reconstrucción de ese día fatal, es el entramado judicial infame alrededor del caso, pero es también el relato desgarrador de una pérdida, la desesperada búsqueda de la verdad y la libertad, una filosofía vital para sobrevivir en el violento ambiente carcelario. Es la historia del amor que Carlos y María Marta se tenían. «Descubrí el corazón de personas que la sociedad trata como escoria, y eso es un aprendizaje de la vida. Por eso siempre digo que entré a la cárcel como burgués y salí como expreso. Es importante tener memoria».