Hay libros que atraviesan la piel como un cuchillo afilado y se clavan para siempre en la memoria. El adversario, la obra maestra de Emmanuel Carrère, es uno de ellos. Lo es por la espeluznante historia que relata: el crimen y la impostura de Jean-Claude Romand, el falso médico investigador de la OMS que, a punto de ser descubierto en la mentira de toda una vida, asesina a su esposa, a sus dos hijos, a sus padres y a su perro. Pero lo es, sobre todo, por el modo crudo e inteligente en que Carrère reconstruye los acontecimientos ocurridos en 1993 para enfrentar al lector al mal absoluto, con una potencia ética y literaria fascinantes. Fascinación a la par que incomodidad. Es lo que sentí la tarde en que leí la obra por primera vez. Recuerdo perfectamente cómo me revolvía en el sofá sin encontrar una postura idónea, hasta que caí en la cuenta de que la causa era el propio texto. Y es que la historia de Romand acaba sometiéndonos a uno de los grandes enigmas: ¿quién es realmente el otro? ¿Qué se esconde más allá de lo que vemos? La respuesta que aventura Carrère es tan radical que provoca vértigo: un abismo oscuro, la nada más absoluta. Eso es también lo que nosotros somos sin los demás. Miguel Ángel Hernández Ilustración de la cubierta: Ángel Mateo Charris