Leà El antropólogo inocente en Londres mientras cursaba la carrera de ArqueologÃa. No recuerdo si formaba parte de la bibliografÃa del curso o si me lo recomendó algún amigo arqueólogo. Me pareció el libro más divertido que habÃa leÃdo nunca. Me lo sigue pareciendo. La arqueologÃa y la antropologÃa no son disciplinas muy alejadas: una se ocupa de culturas vivas y la otra de culturas desaparecidas, pero la metodologÃa es parecida, y el trabajo de campo también. En El antropólogo inocente, Nigel Barley hace la crónica del primer año que pasó en Africa estudiando a los dowayos, una ignota tribu del Camerún. Sin ningún tipo de condescencia, con brillantez, alegrÃa y un extraordinario sentido del humor (se rÃe de sà mismo sin parar, para mà la señal definitiva de una gran inteligencia), Barley nos cuenta el dÃa a dÃa de un pueblo remoto; nos habla de sus personajes, con sus cosÂtumbres, manÃas y creencias, hasta convertirlos en nuestros vecinos. El antropólogo inocente es un libro redondo, perfecto y único. Envidio un poco a todos los que todavÃa no lo han leÃdo. Milena Busquets Ilustración: Miguel Brieva