Nostalgia y orfandad quizás sean las dominantes del exilio. En todo caso, seguro lo son en el caso del narrador de El cielo con las manos. Un argentino anclado en México durante la dictadura, atado por la memoria a su primera juventud en el Chaco y a una mujer, Aurora, cuyo ardiente recuerdo eclipsa el presente, y lo deja en esa terra incógnita que es la añoranza de un tiempo ido. ¿Todo hubiera sido distinto, y mejor, de haber estado con ella? Anhela el reencuentro, ¿pero qué ocurriría si sucede?