Muchas cosas aparecen en el espejo que el río arrastró hasta el jardín de Hebe. Hay lanchones cargados de frutas, otros con troncos recién cortados y una barca repleta de pasajeros. Al lado del capitán va un loro de larga cola colorida, que anuncia las paradas agitando una banderita. Los y las lectoras pueden sumergirse una vez más en el rico fluir de otro libro de Ayax Barnes y Beatriz Doumerc.