Con su ingenio entre irónico y mordaz, Abrasha Rotenberg teje estas narraciones con maestría. El moscovita desesperado es una provocadora invitación a reflexionar sobre el declive de las ideologías, la relatividad de las verdades absolutas y las imprevisibles travesuras del azar. Aunque los escenarios donde se desarrollan estos relatos son diversos (Buenos Aires, Moscú, Nueva York, Zurich), sus protagonistas son definidos desde una óptica y una sensibilidad porteñas, condimentadas con el típico humor judío. Los relatos desnudan por igual la metamorfosis de una fanática militante comunista, la soledad desgarradora de un seductor maduro, una pantagruélica cena en Suiza o las complejas maquinaciones de un psicoanalista atípico. Y al mismo tiempo, ofrecen una doble lectura sobre una época de profundos cambios. Como el que da título al libro, que refleja la descomposición del sistema soviético y predice el anhelo de un cambio radical, tal como históricamente sucedió. Sorprendentes por sus particulares circunstancias, todos, sin excepción, conducen a un final inesperado. El solo nombre de Abrasha Rotenberg está ligado de manera inextricable a la historia periodística e intelectual argentina. El moscovita desesperado permite otra lectura, menos ficcional y más autobiográfica, que abre el abanico de lecturas al género confesional, al documento, a la historia de vida. Cosas a las que este libro responde con verdad, y que lo convierte en un testimonio insoslayable sobre la vida cotidiana en una época que quedó definitivamente atrás.