En algún lugar de la pampa, hacia 1877, el juez de paz Urbano Pedernera sueña con levantar un pueblo donde antes habÃa un fortÃn. Tiene, también, otros sueños, o pesadillas, más bien: en ellas, algunos pobladores procuran mancillar su tan preciado proyecto; indignado, apenas despierta el juez los manda arrestar. A partir de ese momento, los pobladores de Malihuel deberán cuidarse: las pesadillas del juez se han vuelto evidencia de ley. En una geografÃa, en una época, donde la realidad no tiene una base del todo estable, Rosendo Villalba, primera vÃctima de la justicia onÃrica del juez, descubre al abandonar el pueblo que el absurdo viaja con él: una patrulla perdida de soldados que cava una infinita zanja contra los indios, como una muralla china invertida; una cautiva que se ha vuelto cacique gracias a sus dotes de actriz; gauchos travestidos y tribus espectrales desmembradas por la miseria y la violencia del blanco. Un desierto alucinado, donde pocos años después habrá de construirse la nación. Con envidiable humor, con una magnÃfica escritura, El sueño del señor juez conjuga las tradiciones del barroco español y la gauchesca con el homenaje a la tan argentina tradición de la pueblada, que enfrenta al poder con sus propias pesadillas. Desde un lugar inesperado, y gracias a las argucias de la ficción, narra la formación de un paÃs, sus desmesuras, sus paradojas, sus precoces injusticias, sus rebeliones permanentes.