En una fiesta del trabajo, al aire libre y bajo el sol radiante de un domingo cualquiera, una joven se cruza con la esposa de su jefe; es una mujer que maceró despecho durante años y está lista para soltarlo como una bomba que explota a los pies de la protagonista. La bomba es un secreto, la doble vida que su padrastro mantuvo por años; una mentira que, revelada, lo desfigura y a ella la deja huérfana. En esta novela, Manuela Martínez consigue dibujar, con trazos seguros y desenfadados, el drama y la farsa de salir al mundo de los adultos, la desilusión espinosa de crecer, y consigue con destreza un verdadero retrato de familia, con su cuota de amargura y también de gracia. Con una voz melancólica, pero de una potencia explosiva, la narradora dice que esta es una historia en la que los villanos no son tan villanos y en la que los héroes también son imperfectos, una historia sobre todo ese daño que hacemos a veces sin darnos cuenta.