Jonathan Swift nació en 1667 y murió 'loco' en 1745. Pero dejó tras sí una obra que se actualiza -y que profetizacada vez que corre un segundo. Freud, los campos de concentración, todos los rasgos de la estupidez humana' fueron desnudados y derrumbados por este irlandés increíble. Tras leer sus escritos uno se siente otro, la atmósfera recobra algo de salud. Vale la pena hacer una prevención: Swift no escribió para pobres de espíritu; estos, así como los asesinos, los rufianes y cierta categoría de pensadores, deben abstenerse de leer a Swift. No lo comprenderán en absoluto.