Desde niño, Temujin, futuro Gengis Kan, sueña con grandes espacios. Su preceptor chino, Vieja Cumbre, le habla de Alejandro Magno, al que ansía superar en número de conquistas. Aprende a manejar el arco, a montar a caballo, a domesticar las águilas. A la muerte de su padre, el nómada se pone al frente del clan de los quiyat. En 1206 Temujin se convierte en Gengis Kan, soberano universal y jefe de los mongoles. Seductor, carismático y autoritario, incorpora a sus filas a numerosos pueblos y consigue reunir a miles de hombres en torno a un único proyecto: construir el imperio más vasto que jamás haya existido. Sus ejércitos hostigan las grandes civilizaciones sedentarias que los rodean: al este, la Europa de las catedrales; al oeste, la China de los song. Y así, batalla tras batalla, ciudad tras ciudad, quien no era sino un nómada se convierte en el mayor conquistador de la Historia.