Ya sea por sus retratos como pintor de cámara de la familia real española o por sus terribles escenas de conflicto y sufrimiento, Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828) ha hecho historia como uno de los artistas más reverenciados y controvertidos de España. Maestro de la luz y de la forma, su influencia reverbera a lo largo de los siglos inspirando y fascinando a todo tipo de artistas, del romántico Eugène Delacroix a los enfants terribles del arte británico, los hermanos Chapman. Nacido en Fuendetodos (España) en 1746, Goya inicia su carrera en la corte española en 1774, realizando aguafuertes y pintando cartones para tapices destinados a decorar los grandes palacios y residencias reales del país. También tuvo clientes entre la aristocracia,pintando retratos por encargo de los ricos y poderosos con un estilo cada vez más fluido y expresivo. Más tarde, tras superar una grave enfermedad, empezó a hacer grabados y dibujos más oscuros, con los que representaba un mundo de pesadilla poblado por brujas, fantasmas y criaturas fantásticas. Fue, sin embargo, con sus terribles representaciones de conflictos con las que Goya logró un impacto imperecedero. Los desastres de la guerra, realizados entre 1810 y 1820, se inspiraron en las atrocidades cometidas durante la guerra de la Independencia que libraron los españoles contra los franceses. En ellos se introduce hasta el corazón mismo de la crueldad humana y del sadismo. Los tonos sombríos, las pinceladas rápidas y el uso agresivo del claroscuro al estilo del barroco traen a la memoria la obra de Velázquez y Rembrandt, pero los asuntos que Goya aborda no tenían precedentes en su brutalidad y honestidad.