Vladimir Nabokov no podÃa escribir una autobiografÃa corriente, y "Habla, memoria" lo demuestra. A través de una serie de relatos largos, Nabokov, con el pretexto de contar su vida, construye un libro tan ameno, original, divertido y estilizado como sus novelas. Nabokov rememora aquà sus meditaciones infantiles en el retrete, sus vacaciones en la finca campestre de la familia, sus amorÃos adolescentes con Tamara en los museos de San Petersburgo; narra las peripecias de su huida de las huestes de Lenin y de su exilio europeo; escribe un homenaje a la honestidad polÃtica de su padre y a la belleza y ternura de su madre; pero lo que menos importa son los temas, porque de lo que se trata al fin y al cabo es de celebrar un festÃn de ingenio e inteligencia, de mordacidad despiadada y de nostalgia desgarradora, y en el que Nabokov es fiel a los consejos que daba a sus estudiantes de literatura: «¡Acariciad los detalles! ¡Los divinos detalles!»