Todas las culturas conocen monstruos, criaturas extrañas, inquietantes y, muy a menudo, fantásticas que, desde hace siglos, viven en mitos y leyendas de todos los rincones del mundo. Los monstruos representan nuestros miedos, los aspectos desconocidos e inesperados de la vida. Pueden resultar terroríficos, como el lobo gigante Fenrir de la mitología nórdica; pueden ser fascinantes, como las encantadoras sirenas hechizadoras que intentan arrastrar a Odiseo hacia el abismo, o bien pueden encarnarse en criaturas como Oyuki, la mujer de la nieve, a quien la sed de venganza la lleva a la autodestrucción. Sus historias son irresistibles: el terrible Cerbero, guardián de la Ultratumba, que lucha a muerte contra el forzudo Hércules; el horrible Argos cuyos cien ojos vigilan el amor de Zeus por la ninfa Ío, transformada en novilla; el espantoso dragón que se bate en duelo ante el joven Sigfrido; el demonio Ravana que intenta destruir al príncipe Rama? Todos estos son los ingredientes de un universo variado y lleno de encanto.
