Hija mestiza del Alto Perú, madre y guerrera. Su sueño era la libertad, para las personas y para la Pachamama. Y esa libertad, en el tiempo de las revoluciones, significaba expulsar a los realistas de nuestra tierra. Por eso, junto a su esposo Manuel Padilla, se unió a los ejércitos patriotas. Como las heroínas de La Coronilla, como las luchadoras de todo tiempo y lugar, Juana cabalga e irradia su fuerza por los pueblos de América.