¿Quién da cuenta de lo acontecido? ¿Quién toma acta del presente? ¿La literatura, el periodismo, un atestado policial? Un novato cronista de sucesos y un veterano abogado intentan descifrar un crimen y quizás descubrir el subsuelo de impunidad que persiste en un Portugal a caballo entre dos imaginarios: el limpio y ordenado que promete la Exposición Internacional de Lisboa y el longevo y popular del inolvidable Oporto que protagoniza este libro. Como toda novela negra, también esta trata sobre lo que queda oculto, fuera del encuadre; sobre las solidaridades inadvertidas que perduran a la sombra de los acontecimientos, con las que la población marginada mantiene la dignidad y entereza propias de las civilizaciones destronadas. Esta novela nos muestra una época reciente, como una carta del pasado que nos explica un tiempo que no habíamos entendido, una historia que nos permite aprehender el significado de aquello que entonces había escapado a nuestra comprensión. Un libro sobre la transmisión de la memoria y una pregunta fundamental que todavía hoy nos atañe: «¿Puede la escritura salvar de una humillación imborrable?»