"Hay tantas vidas como narradores, y la que cuento se me parece inevitablemente, haciéndose eco de mis grietas y mis demonios. Muchos no encontrarán a Christian, porque ese Christian solo pertenece a ellos mismos. Pero ¿cómo hubiera él contado su propia historia? ¿Se habría dejado tentar por la edificación, como en esas vidas ejemplares de santos marcadas por maravillas inconcebibles? ¿O me habría confesado aquellas noches de sexo y vagabundeo, de angustia y orgasmos robados?" Durante un período de su vida, el narrador de esta novela sufre una depresión que lo hunde en la desesperación. Hasta que una noche, en la capilla de un monasterio francés, se siente tocado por una sensación indescriptible de cercanía con Dios. Hasta entonces ateo, Thibault de Montaigu tiene, a los treinta y siete años, la experiencia íntima y fulgurante de la gracia divina. Ese misterio estremecedor que lo invade lo lleva tras las huellas de su tío Christian, aristócrata mundano y disoluto, quien a la misma edad lo dejó todo para hacerse monje franciscano ante el estupor de su familia y sus amigos. La historia de su tío se vuelve una obsesión para Thibault, que encuentra en él una guía espiritual. Con elegancia, sin pretensiones moralizantes, La gracia es un relato autobiográfico honesto y conmovedor sobre la búsqueda existencial de sentido y la necesidad humana de redención.