La lectura de La pasin y el perdn recuerda la conocida profe ca: no hay temas grandes o pequeos sino escritores cuya prosa nos hace experimentar la grandeza. El sentimiento religioso es la pie dra de toque, a menudo candente, que origin en la imaginacin estos cuentos ; la escritura es el don, quizs divino, que los hizo nacer como e xquisitas obras de .ccin. Gratitud es una muy posible respuesta del le ctor.