Cuando padres y madres abandonan sus responsabilidades y funciones No basta con tener un hijo para ser padre o madre. Y, además, se puede ser huérfano aunque los padres estén vivos. Estas dos consignas se verifican día a día en nuestra sociedad. La violencia juvenil, la obesidad infantil, el consumo creciente de alcohol y drogas entre adolescentes, la adicción a comida chatarra, a la televisión basura, a Internet, a los celulares, los problemas de conducta y aprendizaje, la aparición de enfermedades de adultos entre los niños, las tragedias juveniles (en carreteras, recitales, viajes de egresados), la manipulación publicitaria y mercadocrática de la que son objeto nuestros hijos resultan apenas algunos de los síntomas de un fenómeno que no puede dejarnos indiferentes. En 2007, se publicó por primera vez este ensayo de Sergio Sinay, y sigue vigente. La distancia entre padres e hijos es más larga, dolorosa y -como bien lo describe el autor en el prólogo a esta nueva edición- se ha cobrado vidas. Sinay, especialista en vínculos y crítico severo del modelo social en el que vivimos, vuelve a poner en valor sus palabras de entonces, abogando por un cuidado amoroso, un registro del otro -siempre humano- como única posibilidad de darle sentido a nuestras vidas como padres y ayudar a revelar el sentido de las vidas de nuestros hijos. Casi diez años después, La sociedad de los hijos huérfanos se mantiene en lo alto de las lecturas imprescindibles.