Una simple ama de casa asesina de varias puñaladas a su marido y descubre en la cárcel una nueva adicción: leer libros. Lee más de doce mil a lo largo de tres décadas y está dispuesta a volver a matar para seguir con esa apasionante tarea. Una veterana periodista, cercada por el poder, se encadena todos los días a las rejas de un municipio para transmitir un programa de radio que nadie escucha. Una cronista de alta sociedad pide reescribir su necrológica y descubre que nada importante pasó en su vida salvo un amor contrariado. Sin conocerse, otras damas comparten destinos igualmente curiosos. Estos son algunos de los personajes inolvidables de Las mujeres más solas del mundo, un libro lleno de sensibilidad y sorpresas. Una implacable máquina de narrar que se adentra luego en las comedias de la vida con temas espinosos (la infidelidad, el narcisismo, las obsesiones del cuerpo, las neurosis del amor) y que acomete finalmente la crónica actual y los relatos históricos con técnica de novela. Trepidantes y a la vez sutiles, estos textos verídicos viajan desde las épicas de Belgrano y de Brown, y el magnicidio de Urquiza, hasta una galería de artistas contemporáneos retratados de cerca, y héroes civiles de insospechado destino.