En la España del siglo XVI, el pintor Domenikos Theotokopulos, más conocido como El Greco, sueña con poder abrir las puertas de la Corte en su ascendente carrera. Sin embargo, para conseguirlo, tiene por delante un largo recorrido, desde su Creta natal, a través de Italia, hasta llegar a España, donde anhela la gloria de ser recibido por el rey Felipe II.