"Aquí están por fin los desafiantes e invencibles galochas, tribu desigual y distinta, que crece y se difunde gracias a las desproporciones del cielo y de la tierra (y a las que les pertenecen a ellos solos, claro). Contradictorios sin culpa, los galochas encontraron una alternativa al nomadismo: son inquilinos del espacio. Altaneros y altivos políglotas, se quedaron sin lengua, después de alquilar a sus anchas. Por eso siguen despidiéndose a cada rato, con palabras y abrazos, en distintos idiomas y distintos afectos. Por eso, después de tantos profesores y antropólogos dedicados a tropezar puntualmente en el escollo didáctico, era necesario que se contara la verdadera historia".