Un suculento cuento cruel sobre amor, odio y venganza, protagonizado por una hija que jamás contó con el cariño de su padre. Los nombres epicenos son aquellos que, como Claude o Dominique, pueden utilizarse tanto en masculino como en femenino. En esta historia Claude es él y Dominique ella. Él despliega un gran empeño en casarse con ella, y después pone todavÃa más tesón en dejarla embarazada, sometiéndola a una extenuante disciplina sexual. Al fin logra su objetivo y como resultado nace la hija de ambos, a la que le ponen el nombre de Épicène, tomado del tÃtulo de una obra teatral de Ben Jonson -contemporáneo de Shakespeare- y que es también un nombre epiceno. Sin embargo, en cuanto se produce el nacimiento del bebé la obsesión procreadora del padre se torna indiferencia absoluta hacia su hija, una niña inteligente que crece envuelta en el absoluto desinterés de su progenitor hacia ella. Entre tanto, Claude y Dominique se han instalado en ParÃs, y él, arrastrado por una ambición social que también forma parte de sus empeños obsesivos, convence a su mujer de entablar amistad con una pareja de la alta burguesÃa financiera formada por Reine y Jean-Louis, cuyas hijas van al colegio con Épicène. Una pareja con la que Claude tiene un secreto vÃnculo -en forma de agravio- que viene de años atrás... Y asÃ, esta novela narra la historia de un doble rechazo y una doble venganza -una triunfante, la otra destinada al fracaso-, con unos personajes a los que no mueve el amor sino el odio. Nothomb explora con su sagacidad habitual las complejas relaciones paternofiliales y los resquemores del amor no correspondido. Y lo hace construyendo una suerte de perverso cuento de hadas contemporáneo, una fábula cruel, narrada con concisión, precisión y contundencia. Y sobre todo con un derroche de esa suculenta malevolencia con la que una vez más nos deleita en este relato ejemplar. OPINIONES DE LA CRÃTICA «Una bella historia... de odio. Un cuento cruel, muy nothombiano, que se lee de una sentada» (Sandrine Bajos, Le Parisien). «Fiel a su estilo fluido, ligero y poético, la novelista conduce su intriga con un impecable sentido del tempo que va in crescendo hasta la última página» (Jean-Luc Wachthausen, Le Point). «Un vodevil negro que, poco a poco, se adentra en los territorios crueles de Yasmina Reza» (Lire). «Da una vuelta de tuerca a la historia con taimado placer... Una delicia nothombiana» (Marianne Payot, L'Express). «Una delicia... ¿Hasta dónde puede llegar la venganza? Muy lejos, según Nothomb» (Nathalie Collard, La Presse). «Demuestra sobrado talento» (Jean-Claude Vantroyen, Le Soir). «Un cuento inteligente» (Alice Develey, Le Figaro).