Juan José Sebreli retrata al autor de Muerte y transfiguración de Martín Fierro y Radiografía de la pampa de un modo definitivo: Martínez Estrada es el solitario, el romántico, el profeta, con el repertorio de blasfemias y el pesimismo como una especie de incurable mal humor. Las sucesivas ediciones de este libro se han modificado por el cambio de perspectiva, por el paso de los años -a los que serefiere el autor en los distintos prólogos hasta alcanzar, en el último, una teoría-, pero el escritor y su volumen permanecen sin alteraciones: ese primer Sebreli pudo cincelar una figura indiferente a las interpretaciones del futuro.