Estos cuentos pueden ser leídos por hinchas de River o de Boca, por quienes entiendan y amen el fútbol o por los que no lo entienden y lo aborrecen. Ya es hora de que la literatura futbolera deje de ser considerada un género menor o de cabotaje. El fútbol es el espejo que mejor espeja a la condición humana; en este caso, a la condición argentina. Los relatos de Braceli van mucho más allá del fútbol. Son historias tremendas y preciosas, encantadoras y trágicas, escritas con maestría y latido.