Hilario Alcaraz es un hombre de hábitos arraigados e incrustaciones anímicas vaciadas de celebración afectiva: padres ausentes, unas tías insoportables, su rígida formación jesuítica y la cruel traición de su primer amor disparan su carácter fóbico y hacen que su vida se encadene a través de la ira y la venganza. Muestra así, con temible opacidad, los rasgos del héroe descarnado de contradicciones culposas. Los años pasan, Hilario, inmutable, es incapaz de establecer dicotomías en la traza presumible que la vida le tiende como escenario más o menos confortable.