Un argentino emigra a Madrid, siguiendo a su pareja. Tras un confuso incidente con una alumna, debe abandonar el colegio religioso donde da clases. El incidente altera su personalidad (o termina de desarrollarla) y su pareja lo abandona. Por un tiempo logra mantenerse, económica y espiritualmente, a costa de una galerista mormona. Pero el chantaje de un portero perverso, y el descubrimiento de cierto libro vampÃrico, lentamente allanan el camino de su ruina, que él irá regando con pétalos de almibarada venganza. En la lÃnea (la enrevesada, gótica lÃnea) de su anterior novela, Mariano GarcÃa profundiza con Seres desconocidos lo que ya puede considerarse una fenomenologÃa de la paranoia, el resentimiento y la autoconmiseración. Con honestidad infrecuente, y la natural elegancia de una prosa nacida para cautivar, esta confesión ácida y erudita despliega la ciega ira de un hombre contra sus semejantes, mientras deambula por una ciudad ajena, hablando en una lengua que no termina de ser la suya. El exilio, esa invitación a la esquizofrenia, y una elección sexual que persiste en ser discriminada (también, culposamente, por el mismo "pecador"), torna extraños no sólo a los extraños personajes que rodean a quien abandonó su paÃs, su lengua, toda normalidad. Tarde descubre el forastero que el desconocido es él mismo, que se ha ido hurtando su propia sustancia. Y tarde lo descubrimos también nosotros, sus parasitarios lectores, ya fatalmente vampirizados por esta novela hipnótica. Ariel Magnus