El gusto de Tom por agentes de policía y delincuentes, y la tensión sexual entre ellos, nació en los últimos años de su carrera. "Nunca he estado en la cárcel", comentó en una clase en el Instituto de las Artes de California en 1985, "pero me han explicado que es un mundo cerrado en el que existen distintos roles y la gente se comporta de un modo diferente a como lo hace en libertad. Me fascina. Es otro asunto que no dejo de abordar una y otra vez". Con esto, Tom confirmaba que no dejaba de fantasear con ello una y otra vez, ya que sólo incluía en sus obras aquello que lo excitaba sexualmente.