Quizás no haya historiador del arte más discreto y más omnipresente que Ernst H. Gombrich. También más sutil, perspicaz y desprejuiciado. A lo largo del siglo XX escribió libros clave (La historia del arte, Arte e ilusión, Norma y forma), trabajó y dirigió el Instituto Warburg y dedicó buena parte de su vida a la enseñanza. La claridad de su escritura y su capacidad para estar inmerso en el pasado sin por ello dejar de sorprenderse por los artistas del presente, establecieron una ética para los investigadores. La ausencia de ostentación de sus textos a veces lo hacen parecer didáctico. No lo es. Sabe transmitir su saber, que es algo muy distinto. Puso su rigor y su inteligencia al servicio de los otros. Su obra enseñó a pensar las obras maestras de la pintura a varias generaciones. Los ensayos de este volumen, todos inéditos en español, son una puerta de entrada a la vastedad de sus obsesiones: la importancia de la percepción; la primacía de la mirada; el Renacimiento; el legado de la Antigüedad Clásica; Rembrandt; las investigaciones de Aby Warburg; la caricatura. Para cada tema, da con el tono justo, aporta la idea que lo ilumina. No es concluyente, pues no es dogmático, pero su capacidad de persuasión es hipnótica e induce a la mímesis. Al leerlo, descubrir la singularidad de un artista o el cariz de una vanguardia parece la cosa más sencilla del mundo. Es un tipo de historiador inhallable hoy en día. Como dice Matías Serra Bradford en el prólogo: "Un estudioso como Gombrich es, en los albores del siglo XXI, poco menos que un extraterrestre". Variaciones sobre la historia del arte es una prueba cabal de su talento, su curiosidad y su erudición.