"Empiezo este libro en La Habana. Por fin me decidí a contar todo. No sé, pero siempre me parece que quedan cosas por decir. ¡Qué raro! Con todo lo que ya dije, no estoy seguro de haber contado lo importante, lo más importante". Así empieza el libro que todos esperábamos, los que admiramos aquel gol increíble en el Mundial de México, los que no pudimos creer que el antidoping diera positivo, los que sufrimos al verlo al borde de la muerte en los episodios de sobredosis, los que esperamos verlo recuperardo, dentro o fuera de una cancha. Ese libro se llama Yo soy el Diego, y son las memorias del deportista argentino más grande de todos los tiempos. ¿Hace falta decir quién es? Son largas horas de charla con el periodista deportivo Daniel Arcucci (con quien terminó amigo luego de varias entrevistas que tuvieron a lo largo del tiempo), en las que Diego le pasa revista a todo: a su carrera deportiva, a su vida pública, a la droga, a sus amigos y ex amigos, pero sobre todo va dejando caer a través de sus imperdibles páginas, algo que expresa ya desde la introducción: "Nadie me hará creer nunca que mis errores con la droga cambiaron mis sentimientos. Nada, soy el mismo de siempre. Soy Maradona. Yo soy el Diego". Allí, en la tranquilidad de este retiro cubano, Maradona cuenta sus comienzos, habla de cuando a los 3 años le regalaron su primera pelota, revela que de las posiciones en la cancha la que más le hubiera gustado ocupar es la de líbero, porque desde allí se tiene el mejor panorama de la cancha. Y agrega algunas polémicas declaraciones: "Dicen que yo me peleé con el Papa y tienen razón"; "Esto de estar vivo se lo tengo que agradecer al Barba (por Dios) y....al Barba (por Fidel Castro)"; "Es demasiado grande el negocio de la droga como para que yo lo detenga". Estas citas dan una idea acabada del tono de este libro con el que todos soñaban (incluso el propio Diego) . La historia de un hombre que hoy resume su vida de esta manera; "Es bárbaro recorrer el pasado cuando v