Sonsoles la conoció el país entero cuando Sandra Mihanovich decidió donarle un riñón. Los diarios y la TV hablaron del síndrome nefrótico con el que fue diagnosticada de muy jovencita, de sus dos trasplantes y de una vida plena y complicada, siempre al borde, entre el cuento de hadas y la pesadilla. Creíamos saberlo todo sobre Sonsoles, pero no'Este es mi cuerpo: frágil, hijo de puta, el que ahora me tiene quieta y semidesnuda sobre una cama de hospital. De nuevo el camisolín, los olores, las vías. De nuevo las caras de va a estar todo bien aunque nunca esté todo bien y las máquinas a las que odio estar acostumbrada, haciendo el trabajito para que no me muera. ¿Y si esta vez me muero?Porque aunque sepamos que necesita un nuevo transplante, su voz y la de las personas que la rodean comple-tan el cuadro, nos llevan a un plano de verdad completamente diferente. Este es el diario de una mujer con una enfermedad crónica y de la pulsión de vivir con libertad aunque haya que empezar siempre de nuevo. Y también un registro de la solidaridad, las enseñanzas y los dolores que trascienden lo físico.