Tras la Segunda Guerra Mundial, EE. UU. lideró el mercado de las revistas para adultos. Este libro documenta esa evolución (de 1946 a 1959) con más de 1.000 portadas e interiores, revistas burlescas, una destinada a hombres de color, las primeras revistas fetichistas, el lanzamiento de Playboy y alguna incursión inglesa y latinoamericana. La Segunda Guerra Mundial fue devastadora para Europa, pero EE. UU. salió de ella con una economía sólida. Las mismas personas a las que se había animado a ahorrar hasta el último céntimo para contribuir al esfuerzo bélico ahora gastaban con despreocupación, incluso en revistas. Estados Unidos pronto pasó a dominar el mercado de las revistas para hombres. Playboy, que se lanzó en diciembre de 1953, tuvo un gran impacto en el mundo editorial, pero no fue la única revista masculina estadounidense en la década de 1950. Las extravagantes revistas burlescas Beauty Parade, Wink, Titter y Eyeful, con Bettie Page y las portadas del artista Peter Driben, inspiraron una serie de cabeceras que iban a hacerles la competencia. Las muy queridas pin-ups de la Segunda Guerra Mundial, a menudo jóvenes aspirantes a estrellas, dieron lugar a revistas de"noticias y desnudos"con chicas de portada como Marilyn Monroe y Jayne Mansfield, y a otras más morbosas como Shock, que mezclaban lo burlesco con los escándalos protagonizados por famosos. En la ciudad de Nueva York surgió una industria clandestina de revistas fetichistas financiada por la mafia, primero con Bizarre de John Willie y luego con Exotique de Lenny Burtman, donde las protagonistas eran mujeres dominantes. Argentina, con una fuerte influencia europea, produjo la sofisticada Vea, mientras que en Inglaterra, que sufría escasez de papel, se lanzaron pequeñas revistas con modelos grandes y rollizas, un camino que mantendría durante la década de 1960. Y entonces llegó Playboy. Hugh Hefner dejó de lado a las strippers, mostró a"la chica corriente", erotizó la inocencia y señaló el consumismo como la ruta hacia el éxito sexual. Esta combinación convirtió a Playboy en la revista masculina con más éxito de la historia, e influyó en publicaciones de todo el mundo durante décadas.