Una de las exposiciones más luminosas de Henry Miller acerca de su personal filosofía de la vida se encuentra en Inmóvil como el colibrí, que confiere un título simbólico a esta serie de relatos, retratos y ensayos recopilados en 1962, pero que abarcan veinticinco años de su trabajo literario. El tono de la mayoría de estos escritos es sumamente crítico con el tipo de vida americano. No obstante, Miller cree en los milagros y salva al individuo -al artista, al creador- del conformismo social, puesto que el 'lenguaje del individuo creativo es la libertad.' Éste, en una posición inconformista, ha de creer en el milagro de su lucha liberadora y si no es así permanecerá inmóvil como el colibrí. Como premio, el colibrí recibirá los mimos de la sociedad y no será visto como una amenaza para el orden establecido.