Arturo no tarda en descubrir qué se oculta detrás de la pasión por los perros que siente su tía Karina. Y, al darse cuenta de que él es el único que la entiende, decide ayudarla. Para hacerlo tendrá que dejar la guarida del 1ºC, e investigar el edificio hasta devolverle a su tía la fuerza canina que ha perdido y que la hacía ser quien era.