Federico García Lorca trata en La casa de Bernarda Alba, los temas del amor y de la muerte con belleza y hondura. En el espacio teatral de esta obra -un clásico del drama de todos los tiempos-, deambulan mujeres vacías y solitarias, espectros de vidas consumidas. En La casa de Bernarda Alba se conjugan todos los excesos: de autoridad, de celos, de hipocresía, de envidia, de codicia y de resentimiento. El drama que se desencadena en la casa es el despertar de un monstruo, dormido por mucho tiempo. Y Lorca confirma que desocultar lo que estuvo celosamente tapado, acarrea la tragedia.