El gigante Anselmo reúne todas las condiciones de gigante, entre ellas, no enamorarse de una enanita. Sin embargo, se enamora de Pipí Cucú, un hada chiquitita y especial: ¿Y se enamoró del hada justamente por eso, por su esmero en buscar lo imposible¿. El gigante trata de expresarle su amor por ella, pero no lo logra. Se siente triste. Los paisanos del lugar están tan asustados de lo que es capaz de hacer un gigante desolado, que deciden ayudarlo. Es que parece imposible: él, gigante y sencillo; ella, chiquitita y complicada; pero no es así, Anselmo logra al fin conquistar el corazón de Pipi Cucú.