En la Argentina de las primeras décadas del siglo XX tiene su momento de apogeo la literatura sentimental, que se vende en quioscos o a domicilio y que muchos llaman, despectivamente, "literatura de barrio, de pizzería y de milonguitas". Son textos de la felicidad: aunque narren la desdicha de los amores contrariados, sugieren que la dicha puede alcanzarse de la mano del matrimonio y la familia, y que no es necesario cambiar el mundo para acceder a ella. Y ofrecen también la felicidad de una lectura ágil, lineal, que pone el amor romántico en el centro de la peripecia: las pasiones, el deseo, la aventura alientan la ensoñación de los lectores con un mundo menos monótono que el de sus modestas vidas. Esta nueva edición, definitiva, de El imperio de los sentimientos, permite asomarse a esa literatura de consumo medio y popular que coincidió con la expansión de la oferta cultural y del público, cuyos hábitos de lectura contribuyó a consolidar. Beatriz Sarlo reconstruye un mundo huidizo y esquivo, el de los lectores, autores y editores de estos textos, y analiza sus estrategias de escritura. Así, explica la construcción de una trama narrativa sin digresiones ni ambigüedades, de personajes que nunca superan el estereotipo (como la bella pobre), de una sociedad sin contradicciones, y se detiene en los códigos del cuerpo y la mirada, en la representación del erotismo y la moral, en las figuras semánticas del modelo de la felicidad. Ya un clásico de los estudios culturales, este libro no incurre ni en la suficiencia elitista ni en la exaltación acrítica, y precisamente por eso conserva la capacidad de abrir campos de exploración y sugerir enfoques productivos.