En 1920, el barrio de Asakusa era un lugar que permitía el anonimato, la libertad, la deriva; un lugar en el que la vida fluía por todas partes, lleno de placeres sexuales y sociales. Testimonio del choque de las tradiciones milenarias de Japón con el florecimiento de la ciudad moderna, esta novela retrata la energía desbordante de Asakusa mediante la crónica, el relato popular, las escenas callejeras y un rit-mo cinematográfico. Kawabata nos muestra Asakusa en su apogeo de preguerra. La pandilla de Asakusa captura la zona de una manera muy cercana a lo que era: cien millones de personas por año, una ola humana, el dinero derrochado en los espectáculos, restaurantes, casas de geishas, un mundo frívolo, frenético, repleto de cuerpos humanos.