La invasión napoleónica en España marcó la hora de la independencia para sus colonias de América. Mientras en las distintas partes del vasto imperio se iniciaban procesos que culminarían en la creación de gobiernos propios, en la metrópoli un relevante núcleo de civiles y militares decidía volver a sus respectivas patrias para contribuir al proyecto emancipador. Algunos, como José de San Martín, renunciaban a las perspectivas de una brillante carrera, a la proximidad de la familia y al afecto de amigos a quienes tal vez no volvería a ver.