La novela El hombre que fue jueves, de Gilbert Keith Chesterton, adopta la forma del relato detectivesco, pero puede ser interpretada como una farsa o pantomina alegórica donde los anarquistas, aunque en principio parecen representar el caos y la destrucción, se revelan como un símbolo del orden mismo. El texto traza un mapa del estado espiritual del fin de la era victoriana, signado, según su autor, por formas extremas de escepticismo y nihilismo. Frente a un mundo enfermo y envejecido, Chesterton levanta su voz para exponer lo que considera la verdad última: la existencia de un Dios paradójico e incomprensible. De este modo, el amor por la antigua concepción caballeresca del honor y de la lucha se yergue en una suerte de batalla que para el autor tiene el eco inconfundible del juicio final. La introducción, la traducción y las notas de la presente edición, así como el apéndice, que reúne apreciaciones del autor sobre su propia novela, han estado a cargo del profesor Ramiro Vilar, especialista en literatura inglesa del siglo XIX, quien también ha vertido al español, entre otros textos, La era victoriana en la literatura, del mismo Chesterton.