Hay misterios que es mejor no resolver. El espía Canguro Embalsamado nota que los bares ya no albergan más gente misteriosa, y los cines ya no son más el escenario para el intercambio de mensajes secretos. Y cuando por la calle se ve gente de impermeable, es porque llueve. En el momento en que su agencia de espionaje cierra y él se transforma en el Último Espía, sus días de secretos y peligros parecen terminar. Pero llega el llamado de un Millonario Misterioso que lo contratará para develar muchos enigmas más. Sus días de espía recién comienzan.